Brasilia.- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció este jueves un paquete de ayudas de 50.000 millones de reales (9.800 millones de dólares) al estado de Rio Grande do Sul, afectado por unas inéditas inundaciones que ya han dejado 108 muertos y una enorme destrucción en la región.

“Está todo el país sensibilizado para atender lo más rápidamente posible a las personas”, declaró Lula en la ceremonia, en la cual insistió en que es “inmediato” atender con urgencia “la tragedia” que afecta a 1,5 millones de personas y mantiene parcialmente bajo las aguas a 425 municipios.

Las víctimas no paran de crecer

Las devastadoras inundaciones en la región sur de Brasil han dejado hasta el momento 108 fallecidos y 136 desaparecidos, además de 374 heridos, según el balance divulgado este jueves por la Defensa Civil.

Hay cerca de 1,5 millones de damnificados en Rio Grande do Sul, fronterizo con Uruguay y Argentina, donde las lluvias torrenciales han causado una destrucción sin precedentes en este próspero estado brasileño, donde se han reportado 107 de las víctimas mortales.

El otro fallecido se registró en el vecino estado de Santa Catarina, que también se vio afectado por el intenso temporal de la última semana, aunque en menor grado.

Poblaciones en Brasil sumergidas por las inundaciones

En Rio Grande do Sul se han visto afectados 425 municipios, algunos de los cuales están totalmente sumergidos bajo el agua y donde 6.200 han quedado totalmente destruidas, según datos parciales de la Confederación Nacional de los Municipios.

Alrededor de 232.000 personas han sido evacuadas de sus hogares y trasladadas a albergues o las casas de sus parientes, de acuerdo con la Defensa Civil.

Cientos de policías, bomberos, militares y voluntarios se afanan aún hoy para rescatar a la población que todavía está incomunicada por el elevado nivel del agua y que empieza a sufrir con la falta de víveres.

Además, las lluvias de las últimas horas obligaron a suspender las labores de salvamento en Porto Alegre, la capital regional, donde aún hay barrios completamente inundados y el principal aeropuerto estará cerrado por lo menos hasta finales de este mes.

El fuerte temporal se desató el lunes de la semana pasada y continuó los días siguientes provocando cuantiosos daños en carreteras, puentes, viviendas y dejando sin luz, ni agua potable a buena parte de la población de Rio Grande do Sul.

El cambio climático llama a las puertas del país

Rio Grande do Sul, un importante polo agropecuario, ya sufrió el año pasado fenómenos climáticos extremos, con raros ciclones extratopicales, que también provocaron graves estragos, aunque lejos de la envergadura de este último.

Los especialistas meteorológicos han asociado la intensidad de estos temporales al cambio climático.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó el miércoles, durante un acto para presentar inversiones en áreas de infraestructura y prevención de desastres naturales, que esta tragedia climática es “un aviso para el mundo” y “una factura que le está pasando el planeta” a la humanidad.