En un duro golpe a la seguridad pública del municipio de Huixcolotla, Puebla, todos los agentes de la Policía Municipal presentaron su renuncia tras la emboscada que costó la vida a tres de sus compañeros.
El ataque ocurrió la noche del 2 de noviembre sobre la carretera federal Puebla-Tehuacán, cuando una patrulla fue interceptada por un comando armado. Entre los fallecidos se encuentra la comandante Yusami Monterrosas Apolinar, así como los oficiales Roberto Pérez Trinidad y Arturo Jiménez Ortigoza.
Tras el asesinato de la comandante y sus dos compañeros, los policías municipales decidieron abandonar el cargo, alegando falta de protección, riesgo inminente y condiciones que ya consideraban imposibles de enfrentar. La solicitud oficial de renuncia fue aceptada por la Secretaría de Seguridad Pública del estado, que de inmediato asumió la vigilancia de la zona.
La renuncia colectiva deja al municipio sin corporación local de seguridad, lo que obliga al Estado a intervenir directamente para mantener el orden. La Fiscalía General del Estado (FGE) del estado ha iniciado una investigación por el homicidio, así como por la estructura criminal implicada en el ataque.
Huixcolotla se ubica en una zona marcada por conflictos por el robo de combustible, delitos contra transporte y enfrentamientos entre grupos delictivos. El hecho de que tres agentes fueran asesinados y la policía municipal reaccionara retirándose del cargo revela la gravedad de la crisis de seguridad en la región.
El gobierno estatal anunció refuerzos con elementos de la Guardia Nacional y patrullas de la Policía Estatal para cubrir el vacío dejado. Mientras tanto, pobladores del municipio piden justicia para los agentes asesinados y garantías para quienes investigan el caso.
El mensaje es claro: Huixcolotla está bajo control estatal temporalmente; la reforma de la seguridad municipal y la reconstitución de una corporación local segura serán retos urgentes de los próximos días.