El huracán Melissa impactó este martes la isla de Jamaica como categoría 5, con vientos sostenidos de hasta 295 kilómetros por hora, provocando daños catastróficos, inundaciones severas y cortes masivos de energía. Las autoridades locales lo han calificado como el peor fenómeno meteorológico del siglo para el país.
Según reportes de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y medios internacionales como Reuters y The Guardian, Melissa tocó tierra cerca de la localidad de New Hope, con una presión central de 892 milibares, una de las más bajas registradas en la historia del Atlántico.
El primer ministro Andrew Holness declaró todo el territorio como zona de desastre, al informar que más de 500 mil personas permanecen sin electricidad y cientos de viviendas quedaron destruidas.
“Estamos ante un evento sin precedentes. El daño a la infraestructura es generalizado y la prioridad ahora es salvar vidas”, declaró Holness.
Hospitales, escuelas y carreteras han sufrido daños severos, mientras los equipos de rescate trabajan entre los escombros y zonas inundadas. Hasta el momento, las autoridades confirman al menos siete personas fallecidas en el Caribe, aunque se teme que la cifra aumente conforme se restablezcan las comunicaciones.
Tras su paso por Jamaica, Melissa se degradó ligeramente a categoría 4, pero continúa siendo una amenaza extrema mientras se aproxima al sureste de Cuba, donde se esperan lluvias de hasta 50 centímetros, marejadas ciclónicas y vientos superiores a los 250 km/h, de acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC).
Las autoridades cubanas han iniciado evacuaciones preventivas en las provincias de Santiago de Cuba, Granma y Guantánamo, además de suspender vuelos nacionales y cerrar puertos.
“El calentamiento del mar está alimentando tormentas más poderosas y destructivas”, explicó el climatólogo Michael Lowry al Washington Post.
Expertos de la WMO señalan que Melissa podría ubicarse entre los huracanes más intensos del Atlántico desde que hay registros modernos. Meteorólogos advierten que su potencia está relacionada con el aumento de la temperatura del océano, un factor directamente vinculado al cambio climático.
Organismos como la ONU y la Cruz Roja Internacional ya coordinan el envío de suministros y brigadas de apoyo hacia Jamaica. Mientras tanto, varios gobiernos del Caribe han ofrecido asistencia humanitaria ante la magnitud de la catástrofe.
La población del Caribe occidental y Cuba permanece bajo alerta máxima. Se recomienda no salir de casa, evitar zonas costeras y mantenerse informados por canales oficiales.
