El exfutbolista británico David Beckham fue nombrado oficialmente “Sir David Beckham” tras recibir la orden de caballería de manos del rey Carlos III durante una ceremonia realizada en el Castillo de Windsor, convirtiéndose así en uno de los pocos deportistas ingleses en obtener este honor por su contribución al deporte y a trabajos filantrópicos.
Beckham, de 50 años, se arrodilló frente al monarca, quien lo invistió con la espada ceremonial, en un acto al que asistieron su esposa Victoria Beckham y sus padres. El exfutbolista declaró tras la ceremonia que el reconocimiento “es uno de los momentos más orgullosos” de su vida, asegurando que el honor trasciende su carrera en la cancha y también representa su compromiso social.
Beckham ya había recibido la distinción OBE (Order of the British Empire) en 2003, pero su postulación al grado de caballero estuvo en pausa más de una década. Su carrera incluye 115 partidos con la Selección de Inglaterra —59 de ellos como capitán— además de títulos con clubes como Manchester United, Real Madrid y LA Galaxy. Sin embargo, el factor decisivo para este reconocimiento fue su labor humanitaria, especialmente su rol como embajador de UNICEF desde 2005 y su reciente colaboración con la King’s Foundation, enfocada en educación y medio ambiente.
Durante el evento, Victoria Beckham celebró el nombramiento escribiendo en redes sociales: “Siempre fuiste mi caballero, pero ahora es oficial”. Con el título, ella adquiere el trato de Lady Beckham, una cortesía tradicional en estos títulos nobiliarios.
Analistas británicos señalaron que el reconocimiento también representa un gesto político y cultural del rey Carlos III, pues Beckham mantiene gran popularidad pública, influencia global y una imagen asociada a causas sociales, más allá del deporte.
Con este nombramiento, Beckham se une a figuras como el atleta Mo Farah o el piloto Lewis Hamilton, quienes también fueron nombrados caballeros por su impacto dentro y fuera de su disciplina. Su nombre queda inscrito ahora en la historia británica no solo como ícono futbolístico, sino como embajador global del Reino Unido y de la filantropía.
