Por: Luis Gabriel Velázquez
El gobernador del estado, Alejandro Armenta, ya fijó la estrategia para la modernización del transporte público en Puebla.
Los detalles se revelaron en la conferencia de prensa matutina de este martes… ¡y vaya que hay disposición de cumplir! Pero también de que los propietarios de rutas dejen de chillar por una concesión que, según ellos, “no les deja”, pero que tampoco sueltan.
Una vez más, los permisarios, sin merecerlo, tienen servida la mesa para mejorar sus unidades chatarras. Apostarán por los cumplidos para financiarles, a fondo perdido, una parte del recurso que les ayude a cambiar sus “cafeteras de la muerte”. Bueno, pues hasta tienen la oportunidad de dar el brinco hacia la electromovilidad.
Este gesto del gobernador no es para que, de nueva cuenta, nos vean la cara a los poblanos. Detrás de esta iniciativa hay dos posibles consecuencias:
Primero, mano dura y un eventual retiro de concesiones para quienes se opongan a modernizarse; este no es el gobierno de Barbosa.
Segundo, si se logra renovar el 80% del parque vehicular, sería la única puerta de entrada para un posible incremento en la tarifa del transporte público.
Si los responsables de estas unidades no comprenden que este anuncio es su última oportunidad, se van a meter al callejón de los trancazos. La primera advertencia vino cuando fracasaron en su chantaje por buscar un alza de hasta 8 pesos, sin cumplir con una sola de sus promesas. Alejandro Armenta fue contundente: “Primero revisamos y luego hablamos de incremento”.
La tarea no va a ser inmediata, no nos engañemos. Las 14,500 rutas no tendrán una nueva cara de la noche a la mañana. Pero no importa cuánto tiempo se tarden, el objetivo es cumplir.
Uno de los mayores retos de la Secretaría de Movilidad será dialogar con Antorcha Campesina, que cuenta con más de un centenar de concesiones y cuyo peso político asustaría a cualquiera… excepto a Silvia Tanús, quien conoce a la organización como la palma de su mano.
Por primera vez, un gobierno comienza una silenciosa negociación de la tarifa del transporte público, obligando a los empresarios del sector a dar la primera muestra de voluntad. Los poblanos estamos cansados de pagar por algo que es peligroso, tardado y caro.