
En México, la tradición de vestir al Niño Dios para el Día de la Candelaria (2 de febrero) ha evolucionado con atuendos inusuales, como trajes de superhéroes, futbolistas o personajes de películas. Esta práctica ha generado críticas entre grupos conservadores, quienes consideran que se falta al respeto a la figura religiosa.
El costo para vestir a un Niño Dios oscila entre 200 y 1,500 pesos, dependiendo del diseño y los materiales. Talleres especializados ofrecen opciones que van desde vestidos tradicionales hasta trajes personalizados, adaptándose a las tendencias actuales y demandas de los fieles.
En redes sociales, usuarios han compartido imágenes de Niños Dios con disfraces extravagantes, lo que ha desatado debates entre quienes defienden la creatividad y quienes exigen mantener la solemnidad de la tradición. Esta práctica refleja la mezcla de religiosidad y cultura popular en México.