La nueva jefa de Gobierno de la Ciudad de México refirió que se trata de un compromiso de todas y todos.
La Ciudad de México ya tiene nueva jefa de Gobierno, y, con ello, nuevos compromisos por cumplir. Éste 5 de octubre, durante su toma de protesta, Clara Brugada Molina recordó algunos de ellos, entre los que destacan el combate a la gentrificación.
Durante su primer mensaje como jefa de Gobierno de la CDMX, la también exalcaldesa de Iztapalapa recordó que uno de sus compromisos es fortalecer la política de la vivienda frente a la gentrificación y, así, evitar la expulsión de los habitantes capitalinos.
“Vamos a realizar más de 200 mil acciones, priorizando vivienda en renta para jóvenes con opción a compra. Entre todos, tenemos que organizarnos para frenar la gentrificación en la Ciudad”, declaró.
Aunque el plan no ha sido presentado de manera detallada, Brugada mencionó desde su campaña electoral que buscará garantizar el derecho de permanencia y el acceso a la vivienda accesible, con rentas que no sean excesivas.
Por tanto, buscará que durante su administración se construya un gran número de viviendas. “Vivienda para los que no la tiene”, aseguró.
En su intervención de poco más de 40 minutos, la jefa de Gobierno también recordó que buscará mejorar la seguridad para las mujeres; reconocer los trabajos de cuidado; invertir en seguridad e infraestructura; y dar atención a las infancias, juventudes y personas con discapacidad; entre otras cosas.
“Como mujer, como luchadora social y ahora como jefa de Gobierno, trabajaré con mucha alegría, pero también con firmeza. El gobierno será de puertas abiertas, de funcionarios que caminen y de acciones que mejoren la vida de las personas. La CDMX seguirá siendo la capital de la democracia”, agregó.
La gentrificación es un proceso urbano que implica la transformación de barrios, generalmente céntricos o con potencial cultural, debido a la llegada de nuevos residentes de mayor poder adquisitivo. Este fenómeno suele estar acompañado por la renovación o el mejoramiento de la infraestructura y servicios, lo que incrementa el costo de vida y de las propiedades en la zona.
En la Ciudad de México, la gentrificación ha sido evidente en zonas como La Condesa, Roma y Polanco. Estos barrios, habitualmente de clase media, han experimentado un cambio demográfico significativo. La llegada de profesionales jóvenes, turistas y expatriados ha impulsado la apertura de nuevos comercios, restaurantes y espacios de entretenimiento. Esto ha elevado la demanda inmobiliaria, resultando en un aumento considerable de los precios de alquiler y venta de propiedades.
Uno de los efectos más notorios de este proceso es el desplazamiento de los residentes originales, quienes no pueden asumir los nuevos costos de vida. Además, la gentrificación puede alterar el tejido social, diluyendo las tradiciones y culturas locales que caracterizaban a estos barrios. Aunque puede traer beneficios como la reducción de la delincuencia y la revitalización del entorno, también genera críticas por la pérdida de identidad comunitaria y la segregación social.
Por otro lado, se debate sobre las políticas de vivienda y desarrollo urbano que podrían mitigar estos efectos negativos, intentando equilibrar el crecimiento económico con la preservación de la diversidad y accesibilidad de los barrios. La clave estaría en implementar estrategias inclusivas que promuevan el desarrollo urbano sin desplazar a las comunidades existentes.