El Obispo Emérito de la Diócesis de Chilpancingo, Salvador Rangel Mendoza, informó en un comunicado que, en ejercicio de sus derechos constitucionales, decidió no presentar ninguna denuncia contra quienes tanto mal le han hecho.

Pidió a los medios de comunicación lo comprendan y respeten su decisión encaminada al bien de su seguridad e integridad física y moral.

“Mi vida, edad y salud están en condiciones desfavorables, siguiendo los principios evangélicos de nuestro Señor Jesucristo, que perdonó a las personas que lo traicionaron, lo vendieron, lo juzgaron, lo torturaron y lo asesinaron, con todo mi corazón perdono a todas las personas que me han hecho daño por los hechos de los que he sido víctima, así como aquellos que me han revictimizado producto de la desinformación.”