El mundo “terrible” de los niños

Sentido Común

Por: Luis Gabriel Velázquez

Aún me siento asqueado y horrorizado por el caso que conocimos hace dos días, de una mujer que dejó abandonada a su bebé de 16 meses para irse de vacaciones.

Se llama Kristel Candelario, de 32 años, ecuatoriana y que decidió irse de vacaciones a Cleveland y Puerto Rico y dejar en su corral a su menor hija de un año y 4 meses, sola durante 10 días.

Cuando volvió, la menor estaba inconsciente, llamó a la policía y los agentes encontraron un escenario demoledor y terrorífico, y mire que los policías gringos ven de todo.

La sentencia fue de cadena perpetua, sin posibilidad de libertad condicional.

Como no encuentro justificación alguna para el actuar de esta madre si es que así se le puede llamar, recuerdo a algunos casos que como comunicador he conocido, claro con menos impacto que este.

Pero les puedo decir que un común denominador en los casos de abandono, violencia física y sexual, está el hecho de haber concebido una criatura sin haberla deseado.

Porque igual que esta mujer abandonó a su hijo “porque necesitaba unas vacaciones” , hay quienes toleran violaciones y golpes en contra de niños y niñas, porque es más importante tener una pareja.

He leído todos los comentarios en al menos 10 publicaciones en diferentes redes sociales respecto a este caso, y me llamó la atención el de una usuaria de tik tok que escribió, “los derechos humanos existen desde la concepción, permitan mediante el aborto, que una mujer pueda corregir su decisión, antes de desgraciar dos vidas de un golpe”.

Aquí conocimos el caso de una menor en Puebla que era violentada por toda la familia, al grado de contar hasta el momento 11 detenidos por complicidad en la muerte de esta niña.

O aquel caso en Texmelucan donde la familia asegura que una menor había sido robada durante un desfile, comprobándose días después por cámaras de seguridad , que fingieron con un muñeco que la víctima había acudido a este evento; hasta el momento no se sabe nada de ella.

Y así cientos de historias que ocurren muy cerca de donde usted y yo vivimos.

Esta noche abracé fuerte a mi hija y pedí por aquellos que están pasando por lo mismo.
Esto no nos puede seguir sucediendo.