Con un fuerte mensaje, presentó este martes su renuncia otra importante editora de The New York Times, en el último eslabón -al menos por ahora- de la intensa polémica que se inició en el diario tras las movilizaciones antirraciales tras el asesinato de George Floyd y la publicación de una columna de opinión del senador republicano por Arkansas, Tom Cotton, que pedía la intervención del ejército para sofocar las protestas. Las quejas de muchos lectores por la publicación de esa carta y sobre todo, de buena parte de la redacción del diario, derivó en la renuncia a principios de junio del editor de opinión James Bennet. Pero el debate interno está lejos de apagarse.
Este martes se conoció la renuncia de Bari Weiss, una editora de la sección opinión que había llegado hace tres años al NYT de la mano de Bennet luego de una larga carrera en The Wall Street Journal. Su objetivo era ampliar el espectro de miradas de lo que se publica en el NYT. En su carta de renuncia dice marcharse frustrada porque esa tarea fue imposible de realizar. Y se lamenta de que “Twitter se haya convertido en el último editor” del Times.
“Twitter no aparece en el directorio del New York Times”, escribió Weiss. “Pero Twitter se ha convertido en su editor definitivo. A medida que la ética y las costumbres de esa plataforma se han convertido en las del periódico, el propio periódico se ha convertido cada vez más en una especie de espacio de actuación. Las historias son elegidas y contadas de una manera que satisface a la más estrecha de las audiencias, en lugar de permitir a un público curioso leer sobre el mundo y luego sacar sus propias conclusiones. Siempre me enseñaron que los periodistas estaban encargados de escribir el primer borrador de la historia. Ahora, la historia en sí misma es una cosa más efímera moldeada para ajustarse a las necesidades de una narrativa predeterminada”.
Twitter no aparece en el directorio del New York Times, pero se ha convertido en su editor definitivo
Weiss cuenta en su carta de renuncia enviada al editor general A.G. Sulzberger, que se había unido al periódico con la esperanza de traer voces que, según ella, no aparecían en el Times:
“Escritores novatos, centristas, conservadores y otros que naturalmente no pensarían en el Times como su hogar. La razón de este esfuerzo era clara: el fracaso del periódico en anticipar el resultado de las elecciones de 2016 significaba que no tenía una comprensión firme del país que cubre. Dean Baquet y otros lo han admitido en varias ocasiones. La prioridad de la sección Opinión era ayudar a corregir esa deficiencia crítica”.