La cruenta “narco guerra” que actualmente protagonizan en el norte de Sonora los grupos del crimen organizado conocidos como Los Salazar, aliado del Cártel de Sinaloa, y el grupo de Caborca que dirige Rodrigo Omar Paz Quintero, de 44 años de edad, sobrino del Rafael Caro Quintero “El Narco de Narcos”, tiene como epicentro el control de un extenso territorio donde se asienta una gran veta de oro que actualmente es propiedad de humildes ejidatarios.
En esa disputa, ambos bandos tiene como aliados a poderosos políticos de Sonora que también desean quedarse con algunas hectáreas de esas áridas tierras, en su superficie, pero que son poseedoras de una gran riqueza en su subsuelo.
Los terrenos en disputa forman parte del Ejido el Bajío, ubicado a unos 65 kilómetros al este de Puerto Peñasco, ubicado al norte de Sonora, terrenos que por varios años estuvo usufructuando ilegalmente la minera estadounidense Penmont, subsidiaria de Fresnillo PLC, propiedad del empresario mexicano Alberto Baillères.
Después de un complicado litigio agrario que duró varios años entre los ejidatarios contra la minera, Penmont les regresó los terrenos, donde quedó una gran cantidad de oro en una gran alberca con cianuro donde se extrae el metal oro.