
De acuerdo con la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA por sus siglas en inglés), durante el sismo de magnitud 7.4 registrado en Oaxaca, el pasado 23 de junio, la superficie de México se desplazó casi 0.45 metros cerca del epicentro.
La NASA descubrió dicho desplazamiento al comparar un mapa de datos satelitales de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) y del radar de apertura sintética (SAR) del satélite ALOS-2, adquiridos el pasado 31 de marzo y pasado 23 de junio, después del sismo.
En la imagen, “un ciclo de color completo representa un desplazamiento relativo entre dos puntos en el suelo”.
Ante este evento, la NASA activó su Programa de Desastres de Ciencias Aplicadas de la Tierra para investigarlo y comprender sus impactos.